Cuando no es posible trabajar en una relación debido a que uno o más miembros no aceptan que hay un problema o no están dispuestos a asumir la responsabilidad de trabajar sus problemas individuales, se pueden generar varias consecuencias y desafíos:
Consecuencias de no trabajar en la relación:
- Persistencia del conflicto: Las dinámicas disfuncionales tienden a perpetuarse e incluso intensificarse si no se abordan. Las tensiones y los malentendidos aumentan, lo que puede empeorar el estado emocional de quienes están conscientes del problema.
- Impacto emocional negativo: Los miembros que son conscientes de la disfunción pueden experimentar más estrés, frustración, ansiedad o tristeza debido a la resistencia de la otra persona o personas a trabajar en la relación.
- Distanciamiento emocional: La falta de disposición para resolver problemas puede llevar a una desconexión emocional. Las personas pueden volverse más distantes y frías, y el vínculo afectivo se debilita o se rompe con el tiempo.
- Problemas individuales no resueltos: Si uno de los miembros de la relación tiene problemas individuales (por ejemplo, ansiedad, depresión, dificultades de manejo emocional) y no los aborda, esto puede continuar afectando negativamente la dinámica relacional y generar más conflictos.
- Deterioro de la relación: En casos graves, la relación puede deteriorarse hasta el punto de ser insostenible, lo que podría llevar a rupturas familiares, divorcios, o al distanciamiento emocional permanente.
- Efectos en terceros: En las relaciones familiares, los conflictos no resueltos pueden afectar a otros miembros de la familia, especialmente a los niños, quienes pueden verse atrapados en la disfunción o desarrollar sus propios problemas emocionales como resultado.
Estrategias en estas situaciones:
- Terapia individual: Si no es posible trabajar en la relación de manera conjunta, los miembros dispuestos pueden optar por terapia individual para gestionar sus emociones y aprender herramientas para manejar la situación. Esto les ayuda a fortalecerse emocionalmente, establecer límites y proteger su bienestar.
- Establecer límites saludables: En algunos casos, es necesario establecer límites claros con la persona o personas que no están dispuestas a participar en la resolución de los problemas. Esto puede significar limitar el contacto o protegerse emocionalmente de situaciones dañinas.
- Desarrollar habilidades de afrontamiento: Aquellos que están dispuestos a trabajar en la relación pueden aprender estrategias de afrontamiento para gestionar el dolor emocional y la frustración, así como técnicas para mejorar la comunicación, incluso cuando la otra persona no coopera.
- Aceptar la falta de cambio: Es posible que algunos miembros de la relación nunca reconozcan o trabajen en los problemas. En estos casos, uno debe aceptar que no siempre es posible cambiar a los demás, lo cual puede implicar la decisión de continuar la relación con esas limitaciones o distanciarse para proteger su salud emocional.
- Buscar apoyo externo: Contar con una red de apoyo (amigos, familiares o grupos de apoyo) puede ayudar a sobrellevar la frustración de no poder mejorar la relación con ciertos miembros.
¿Qué sucede si la otra persona no cambia?
Si, a pesar de todos los esfuerzos, la otra persona no cambia, es importante recordar que cada uno es responsable de su propia vida y bienestar. No se puede obligar a alguien a cambiar, pero sí se puede trabajar en cómo uno mismo reacciona, se protege y establece límites frente a la disfunción. Aceptar que no se puede cambiar a los demás es un paso crucial para liberar el malestar que causa la expectativa de cambio.
Otra estrategia, cuando ves que el contacto con alguien no es posible, cuando sientes que no puedes más con la relación y no ves salida, es establecer un "contacto cero" como medida de autocuidado y autoprotección. Si te interesa conocer algo sobre este tema, te invito a leer la entrada: "El porqué, cuándo y cómo del contacto cero"
Bibliografía sugerida: estrategias tanto para la autocompasión y manejo de las emociones como para abordar problemas relacionales cuando no hay disposición para el cambio por parte de otros.
- Neff, K. (2011). Self-Compassion: The Proven Power of Being Kind to Yourself. HarperCollins.
- Ellis, A. (1962). Reason and Emotion in Psychotherapy. Lyle Stuart.
- Gottman, J. M., & Silver, N. (1999). The Seven Principles for Making Marriage Work. Harmony Books.