La Ciencia del Ser

Puede ser que la palabra “trauma" resuene demasiado grande”, más aún cuando se usa junto a la palabra “complejo". Pero trauma  no se refiere más que a un acontecimiento repentino e inesperado, imposible de manejar, que perturba el bienestar de la persona. Por su parte, complejo reflejaría no solo una naturaleza multifacética y profunda de un daño psicológico, que ocurre tras una exposición prolongada y repetida a situaciones traumáticas, sino también a la necesidad de un enfoque terapéutico integral y sostenido en el tiempo para lograr una recuperación efectiva.

Por tanto, el Trauma Complejo es una forma de trauma psicológico que resulta de la exposición prolongada y repetida a situaciones traumáticas, especialmente en contextos de relaciones de poder y apego. A diferencia del trauma agudo (que suele ser el resultado de un evento único, como un accidente o un desastre natural), el trauma complejo surge a menudo de experiencias continuas y de alta intensidad, como el abuso emocional, físico o sexual, el abandono, o la negligencia, especialmente cuando ocurren en la infancia.

Antes de hablar del Trauma Complejo, resulta interesante aclarar un punto respecto de la clasificación en los manuales:

El Trauma Complejo aún no está formalmente tipificado como un diagnóstico independiente en los manuales de psicodiagnóstico más conocidos, como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) o el CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades) de la OMS. Sin embargo, en el CIE-11, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2018, se introdujo un diagnóstico llamado Trastorno de Estrés Postraumático Complejo (TEPT-C), que aborda específicamente las características del trauma complejo.

Como mencionamos, el DSM-5, que es la clasificación diagnóstica predominante en Estados Unidos, no incluye el trauma complejo como un diagnóstico propio. En su lugar, los síntomas que presentan las personas con trauma complejo pueden diagnosticarse dentro de categorías. Por tanto, como se podrá imaginar, es probable es que una persona no reciba un diagnóstico de Trastorno Complejo dado cuestiones técnicas de clasificación.

¿Cuáles son las características del Trauma Complejo?

Generalmente implica situaciones de abuso o negligencia crónicas en las que la persona siente que no puede escapar o protegerse. Esta exposición prolongada a la amenaza altera la percepción de sí mismo, de los demás y del mundo en general.

A menudo, se desarrolla en un contexto donde la persona depende de alguien cercano (por ejemplo, un cuidador) que es la fuente del maltrato o negligencia. Esto afecta profundamente la capacidad de formar relaciones de apego seguras y puede llevar a patrones de desconfianza, miedo a la intimidad o relaciones de dependencia.

Las personas pueden tener dificultad para regular sus emociones, experimentar intensas olas de ira, tristeza o vacío. También es común que tengan una autoimagen negativa o distorsionada y sentimientos crónicos de vergüenza y culpa.

Puede llevar a patrones de relación problemáticos, como la desconfianza extrema, el miedo al abandono o, en algunos casos, la dependencia emocional. Esto se debe a que la experiencia de relaciones dañinas o no seguras afecta la capacidad para establecer vínculos seguros y saludables en la adultez.

La disociación (sentir que uno está separado de su cuerpo o de la realidad) puede ser una respuesta común en el Trauma Complejo, especialmente cuando la mente intenta “escapar” de la experiencia dolorosa. Las personas pueden describir sensaciones de irrealidad o de “apagarse” emocionalmente durante momentos de estrés.

 ¿Qué situaciones que pueden generar un Trauma Complejo?

Las experiencias de abuso prolongado durante la infancia, cuando el cerebro está en desarrollo, afectan gravemente la autopercepción y la relación con los demás. La falta de cuidado, validación emocional y presencia por parte de los cuidadores o las relaciones íntimas en las que hay abuso continuo pueden crear un trauma complejo, ya que la persona se encuentra atrapada en una relación dañina.

¿Cuáles son los síntomas comunes del Trauma Complejo?

• Alteraciones en la Regulación Emocional: Intensas emociones de ira, tristeza o vergüenza que son difíciles de manejar.
• Dificultad para Relacionarse con Otros: Miedo a la intimidad, evitación de relaciones o dependencia extrema.
• Autoimagen Negativa: Sentimientos de inutilidad, vergüenza o culpa crónica.
• Disociación: Sensación de desconexión de uno mismo o de la realidad.
• Problemas de Salud Mental Concurrentes: Depresión, ansiedad, abuso de sustancias, o trastornos de la personalidad pueden coexistir con el trauma complejo.

¿Existen tratamientos para el Trauma Complejo?

Sí, es posible ayudar a las personas a reconstruir su sentido de seguridad, protección  y bienestar. El tratamiento puede ser más largo y complejo que para otros tipos de trauma. Algunos enfoques incluyen:

Terapia de Trauma Relacional o Basada en el Apego: Fomenta la sanación a través de una relación terapéutica segura, ayudando a reconstruir patrones de apego saludables.

Terapia EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares): Útil para procesar recuerdos traumáticos y desensibilizar las respuestas emocionales.

Terapia Cognitivo-Conductual Adaptada al Trauma (CBT-T): Trabaja para modificar pensamientos y creencias negativas asociadas con el trauma.

Terapia de Regulación Emocional: Ayuda a mejorar la habilidad de manejar y procesar emociones intensas.

Algunas recomendaciones blibliográficas

"El Cuerpo Lleva la Cuenta" (The Body Keeps the Score) – Bessel van der Kolk

"Trauma and Recovery" – Judith Herman

"The Complex PTSD Workbook" – Arielle Schwartz